En 2012, durante su presidencia, Mujica impulsó la ley que dio nacimiento a la UTEC (Ley 19.043), con el objetivo de descentralizar el acceso a la educación universitaria y fomentar el desarrollo territorial mediante la ciencia, la tecnología y la formación profesional. “La nueva tecnología y la nueva maquinaria no puede tener hombres sin conocimiento, aún de las más viejas profesiones que practica este país”, decía entonces el mandatario.
UTEC comenzó sus actividades en 2014 con apenas 44 estudiantes y hoy cuenta con 13 sedes en 11 departamentos. Según su memoria quinquenal, a junio de 2024 tenía 3.497 estudiantes activos, de los cuales el 84% representa la primera generación universitaria en sus familias. En total, desde su fundación, más de 10.000 personas se han matriculado en sus carreras de grado, posgrado y educación continua.
La institución nació con una impronta de cambio permanente. Ofrece 26 carreras de grado, 8 posgrados y 22 formaciones en modalidad semipresencial. Además, mantiene vínculos académicos con instituciones internacionales como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y el Tecnológico de Monterrey. En su plantilla docente, el 93,2% reside en el interior del país.
“Es causa nacional”, decía Mujica al referirse a la UTEC. Con su impulso, se recuperaron antiguos edificios como el ex frigorífico Anglo en Fray Bentos, una destilería en Colonia La Paz, un viejo hospital en Durazno o una antigua cárcel en San José, para transformarlos en espacios universitarios que hoy albergan jóvenes y tecnología.
Al recordar su origen, la UTEC reafirmó que nació de una convicción profunda: “que todos los jóvenes del país merecen acceso a la educación universitaria, vivan donde vivan”.